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Montería, la Caza Mayor en España por excelencia
Las monterías son un noble arte venatorio, con más de ocho siglos de antigüedad, es una forma única e inigualable de cazar reses montunas, y encuentra su seña de identidad en la participación indispensable de las rehalas como elemento diferenciador del resto de cazas practicadas en el mundo. Podemos decir que la rehala es la protagonista indiscutible de la montería y el símbolo identificador de la misma, la que le da carácter y autenticidad.
En lo estrictamente cinegético, la montería consiste en cerrar una determinada extensión de terreno, generalmente de sierra o dehesa, con un número acorde de cazadores (monteros) apostados en lugares de paso y huidas naturales de las reses, para posteriormente realizar distintas sueltas de perros (rehalas o recovas) de manera simultánea con la finalidad de batir la mancha y levantar las reses de sus encames para arrimarlas a las posturas, donde los monteros intentarán darles caza en su huída, cosa que no siempre ocurre, por fortuna para todos.
Como modalidad de caza colectiva que es, el éxito de la montería reside en el trabajo y buen hacer de todos los que participan de forma activa en el ojeo, desde su preparación y organización hasta el propio monteo y recogida de reses el día de la batida.
Por ello, los resultados obtenidos tras la jornada de caza deben siempre analizarse desde el punto de vista colectivo y no a nivel particular de uno u otro puesto. En montería, el éxito de uno es el éxito de todos y viceversa.
La montería triunfa si esta cumple con las expectativas que se tenían antes del ojeo y la jornada ha transcurrido además sin incidentes; no porque unos determinados monteros hayan tenido más o menos suerte en su postura, respectos del resto de compañeros. De igual manera, la montería “fracasa” no cuando unos determinados puestos no hayan tenido opciones de lance, nada de eso, sino cuando no cumple a nivel colectivo con las esperanzas creadas o aún dándose estas, la organización y el monteo han dejado mucho que desear.
En montería tan importante es el “cuanto” como el “como”, siendo la ética, el respeto y el compañerismo las principales virtudes que tienen que demostrar todos los participantes tanto dentro como fuera del monte. Montero hay que serlo, sentirlo y parecerlo.
Trabajo en equipo
En montería, cada persona que interviene en la jornada, ya sea cazador, organizador, guarda, postor, arriero o perrero, tiene su cuota de responsabilidad y su protagonismo durante el monteo. Por eso todos se merecen el mismo respeto y consideración, siendo fundamental la buena coordinación entre todos para que la jornada se desarrolle con normalidad y se consigan los éxitos esperados. La responsabilidad de coordinar a todos los participantes en la montería recae en la figura del Capitán de montería.
Por último, hay que resaltar la importancia que la caza tiene a nivel social, cultural y económico en las zonas rurales donde se practica, ya que supone una fuente de ingresos insustituible e indispensable para miles de familias. Además la caza es la mejor manera de conservar nuestros ecosistemas y a las especies protegidas o en peligro de extinción. No en vano es bueno recordar, que la actividad cinegética mueve al año en nuestro país más de 2,8 billones de euros y genera durante la temporada más de 50.000 puestos de trabajo.
¿Como es la caza del venado?
Es el mayor de los herbívoros silvestres de la Península Ibérica, con un peso que puede llegar a los 200 kilos, una longitud de hasta dos metros y una altura a la cruz de entre uno y un metro y medio.
Presenta un claro dimorfismo sexual, con los machos siendo más voluminosos y presentando cuernos la mayor parte del año (excepto entre febrero y mayo, cuando los pierden). Las hembras por su parte son más esbeltas y carecen de cuernos en cualquier fase de su vida.
El color de la capa es más rojiza durante la primavera y el verano y más grisácea durante otoño e invierno. Los cervatillos presentan puntos blancos sobre su capa.
El ciervo peninsular es reconociblemente más pequeño que el ciervo europeo de latitudes más norteñas. Además el ciervo peninsular carece, a diferencia de sus parientes europeos, de crines.
Según la cuerna
La cuerna evoluciona con la edad, sirviendo para especificar el nombre del animal: varetos cuando son más jóvenes y la cuerna tiene una única punta y horquillones cuando tienen ya dos puntas. El número de puntas de la cuerna no tiene una relación directa con la edad del animal, sino que tiene que ver con factores ambientales y genéticos.
Puede encontrarse al ciervo en gran variedad de hábitats de toda la Península, desde los sistemas montañosos, a los bosques densos o las dehesas.
En España es posible ver ciervos en Pirineos, la Cordillera Cantábrica, la Sierra de la Culebra, Monfragüe y sierras de Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, por citar algunos ejemplos.
El periodo de celo es en septiembre y primeros de octubre. Los ciervos machos se aparean con varias hembras para lo que deben antes competir con otros machos adultos. Durante este periodo de celo la cuerna alcanza su mayor desarrollo, los machos pelean entrechocando sus cuernas y emiten grandes berridos en lo que se llama la berrea, que es fácil de observar puesto que sus hábitos se vuelven diurnos y se hacen menos asustadizos.
ALIMENTACIÓN Y COSTUMBRES
Se alimenta de brotes tiernos y hojas, pasto, arbustos, setas y en ocasiones de los cultivos. El efecto de su presencia en el monte bajo y en los brotes de los árboles es muy apreciable. En las zonas donde habitan los ciervos el crecimiento de las especies vegetales se controla de forma natural. Normalmente, en hábitats en los que la presencia humana es notable, sus hábitos son nocturnos, con excepción de la época de celo, con una mayor actividad a la puesta de sol y al alba. En regiones más remotas con menos presencia humana sus hábitos pueden ser diurnos.
Su único enemigo natural es el lobo. En la Sierra de la Culebra, donde las dos especies coexisten desde siempre, la presión a lo largo de los años que el lobo ejerce sobre los ejemplares más débiles de ciervos ha producido ejemplares de mayor tamaño que en otras regiones españolas.